Con los distintos medios técnicos existentes, es posible crear diferentes planos sonoros, es decir, es posible crear artificialmente diversas perspectivas sonoras. En este sentido, podemos hablar de la existencia de una serie de planos sonoros, según la distancia aparente a la que se encuentra la fuente sonora respecto al oyente.
La secuencia sonora se refiere a una unidad sintagmática que posee una unidad de espacio y tiempo, y que nos permite estructurar un relato auditivo en distintas unidades o secuencias mecánicas.
Una o varias secuencias sonoras podrán formar parte de un mismo bloque, teniendo en común el ser una unidad de acción o secuencia y de escena (unidad de espacio y tiempo, más pequeña que la secuencia).
Para integrar los elementos sonoros en el montaje es preciso primero conocer los planos sonoros y su utilización:
Primer plano
El recurso sonoro denota una presencia inminente. La fuente sonora está junto a nosotros. Se emplea por lo general durante todo el tiempo de una narración o diálogos. Sin embargo, existen momentos en que la música o algún efecto sonoro ocupan un lugar sobresaliente y ocupan este sitio. Otros autores le llaman también “plano íntimo” o “primerísimo plano” para expresar su fuerza dramática.
Segundo plano
Se advierte cierta lejanía con respecto al plano anterior, pero el recurso sonoro acompaña exactamente detrás al recurso en primer plano para cubrir los espacios que éste deja vacíos.
La fuente sonora aparece con una presencia normal, situada a poca distancia del micrófono (unos dos metros).
Tercer plano
También conocido como plano de ambiente, en él por lo general se encuentran la música y sonidos de ambiente. La fuente sonora se halla a cierta distancia de la toma de sonido y, por tanto, del oyente.
Cuarto plano
Aunque a veces pase desapercibido, es empleado para los “fondos musicales”, también suele denominársele plano de fondo. Se trata de sonidos que suenan siempre en la lejanía respecto a una fuente de sonido que oímos en primer término.
Los factores que se tienen en cuenta para establecer las diferencias de planos son la situación de la fuente sonora respecto al oyente:
a) Las relaciones figura / fondo (cómo una fuente sonora destaca sobre otras).
b) El tamaño y la distancia.
Pero en definitiva, todo depende de la percepción del oyente, por lo que el montaje musical merece un tratamiento especial, ya que es más que una simple mezcla de los recursos auditivos: requiere una gran habilidad en el manejo de los equipos de sonido y, sobre todo, una gran formación musical y sensibilidad por parte del montador.
En las producciones audiovisuales muchas veces el sonido llega incluso a condicionar a la propia imagen. Por ejemplo, en el corte de un plano a otro no puede efectuarse sin considerar el diálogo, si éste se interrumpe a la mitad de una frase las imágenes de los actores se verían cortadas y se pondría en peligro de continuad a la acción.
La secuencia sonora se refiere a una unidad sintagmática que posee una unidad de espacio y tiempo, y que nos permite estructurar un relato auditivo en distintas unidades o secuencias mecánicas.
Una o varias secuencias sonoras podrán formar parte de un mismo bloque, teniendo en común el ser una unidad de acción o secuencia y de escena (unidad de espacio y tiempo, más pequeña que la secuencia).
Para integrar los elementos sonoros en el montaje es preciso primero conocer los planos sonoros y su utilización:
Primer plano
El recurso sonoro denota una presencia inminente. La fuente sonora está junto a nosotros. Se emplea por lo general durante todo el tiempo de una narración o diálogos. Sin embargo, existen momentos en que la música o algún efecto sonoro ocupan un lugar sobresaliente y ocupan este sitio. Otros autores le llaman también “plano íntimo” o “primerísimo plano” para expresar su fuerza dramática.
Segundo plano
Se advierte cierta lejanía con respecto al plano anterior, pero el recurso sonoro acompaña exactamente detrás al recurso en primer plano para cubrir los espacios que éste deja vacíos.
La fuente sonora aparece con una presencia normal, situada a poca distancia del micrófono (unos dos metros).
Tercer plano
También conocido como plano de ambiente, en él por lo general se encuentran la música y sonidos de ambiente. La fuente sonora se halla a cierta distancia de la toma de sonido y, por tanto, del oyente.
Cuarto plano
Aunque a veces pase desapercibido, es empleado para los “fondos musicales”, también suele denominársele plano de fondo. Se trata de sonidos que suenan siempre en la lejanía respecto a una fuente de sonido que oímos en primer término.
Los factores que se tienen en cuenta para establecer las diferencias de planos son la situación de la fuente sonora respecto al oyente:
a) Las relaciones figura / fondo (cómo una fuente sonora destaca sobre otras).
b) El tamaño y la distancia.
Pero en definitiva, todo depende de la percepción del oyente, por lo que el montaje musical merece un tratamiento especial, ya que es más que una simple mezcla de los recursos auditivos: requiere una gran habilidad en el manejo de los equipos de sonido y, sobre todo, una gran formación musical y sensibilidad por parte del montador.
En las producciones audiovisuales muchas veces el sonido llega incluso a condicionar a la propia imagen. Por ejemplo, en el corte de un plano a otro no puede efectuarse sin considerar el diálogo, si éste se interrumpe a la mitad de una frase las imágenes de los actores se verían cortadas y se pondría en peligro de continuad a la acción.