La música se emplea en sustitución de un sonido virtual o real; la sublimación de un ruido o un grito que, poco a poco, se transforma en música, o para subrayar un movimiento o ritmo visual o sonoro. La música tiene un valor en la profundización de la impresión visual a la que se añade claridad y lógica a la producción.
Dentro de las representaciones de la música encontramos: la representación gramatical, la expresiva o de significación, la ambiental, la reflexiva y la descriptiva.[12]
Representación gramatical.
Es cuado la música actúa como signo de puntuación para separar las partes de un texto, para unir, para servir de transición de un tema a otro. A esos segmentos musicales se les conoce como cortes o inserciones.
Representación expresiva o de significación.
Como definición psicológica de secuencias la música logra duplicar la sensibilidad del espectador, poniéndole en un estado de relajación, mientras que la partitura configura diversos climas emocionales o “atmósferas sonoras”.
La música puede ser, según la escena o momento, humorística, melancólica, épica, dramática, de suspenso, alegre, romántica, vivaz, misteriosa, etc.
Representación ambiental.
Es la música que se recrea dentro de una escena: la banda que ameniza un acto político, la orquesta que acompaña una boda, etc. Es cuando recrea el ambiente de un lugar junto con los efectos sonoros apropiados para situarnos en él: por ejemplo, para crear el ambiente de un restaurante se emplean sonidos de trastes, murmullos y una melodía ligera.
Representación reflexiva.
Se da en el momento que nos hace recapitular sobre lo dicho o visto previamente.
Representación descriptiva.
Surge cuando nos remite y describe el lugar o nos ubica en una época precisa y específica. A diferencia de la representación ambiental, aquí la música juega el papel principal. Por ejemplo, si queremos situarnos en algún país nada mejor que utilizar un tema musical representativo, por ejemplo: un tango argentino, un vals austriaco, o música de marimba para Centroamérica. Así como la música sacra nos hace penetrar en un tema religioso y una marcha nos transporta a un relato bélico.
[12] Noyola Rocha, Antonio. (1998) Lectura y escritura del lenguaje sonoro, en Didáctica de los medios de comunicación. SEP, México