8.1 Usos expresivos del efecto-silencio

Existen tres usos expresivos fundamentales que se suelen dar al efecto-silencio en los discursos audiovisuales. Denominaremos estas tres grandes categorías como: el uso sintáctico, el uso naturalista y el uso dramático.

Uso sintáctico.
Hablamos de uso sintáctico cuando el efecto-silencio se utiliza para organizar y estructurar los contenidos audiovisuales. Es decir, cuando actúan simplemente como instrumento de separación. Este tipo de uso viene determinado por un contexto que podríamos denominar “de contenidos neutros”. Por ejemplo, cuando el efecto-silencio se ubica al final de un texto hablado que acaba de finalizar, detrás de una situación dramática que ha sido resuelta con un final feliz, al concluir una pieza musical completa, etc. Tras este tipo de situaciones contextuales, el valor expresivo que aporta el desencadenamiento de un efecto-silencio es el de separador, indicando con mucha claridad al oyente que se ha llegado al final de una etapa y que, a continuación, va a comenzar algo completamente distinto que tendrá muy poca o ninguna relación con todo lo anterior.

Uso naturalista.
Corresponde a aquellos efectos-silencio que se utilizan imitando estrictamente los sonidos de la realidad referencial: el sonido de pasos se elimina / efecto-silencio/, la respiración deja de sonar / efecto-silencio/, el sonido de rodadura de los neumáticos cesa y se resuelve el ruido del motor / efecto-silencio/, etc. Cuando se sitúan más de tres segundos de fondo sonoro de baja intensidad tras este tipo de informaciones sonoras, el efecto-silencio desencadenado se descarga de un valor esencialmente descriptivo. En este tipo de situación contextual, los efectos-silencio actúan expresando informaciones objetivas muy concretas sobre la acción narrada. Siguiendo con el ejemplo anterior: mientras suenen los pasos el personaje anda, el tiempo que dejan de sonar indica que el personaje está parado; mientras escuchamos la respiración el enfermo vive, si ésta se detiene es que el enfermo ha fallecido; si escuchamos el motor y los neumáticos de un vehículo es que el automóvil está circulando, si ambos dejan de sonar es que el auto se ha detenido.

Uso dramático.
Llamamos así al uso consciente del efecto-silencio por parte del narrador para expresar algún tipo de información simbólica concreta como: fallecimiento, suspenso, vació, angustia, etc. Este uso del efecto-silencio no tiene una relación directa con la reproducción objetiva del paisaje sonoro de la realidad referencial. Su uso es extremadamente abierto y el tipo de carga simbólica que adquiere depende, a la vez, de la presencia de ciertas incongruencias narrativas y del tipo de información emocional que contiene el discurso que lo precede.